Según Oparin, las condiciones existentes en los primeros tiempos de
la historia de la Tierra, una atmósfera rica en hidrógeno, metano,
amoníaco y vapor de agua, bombardeada constantemente por los rayos
solares ricos en ultravioleta (entonces aún no existía la capa de ozono)
y por las descargas eléctricas producidas durante las tormentas,
hicieron posible la síntesis de multitud de moléculas orgánicas que
cayeron en los océanos formando un “caldo” o “sopa nutritiva”, donde se
fue acumulando.
La mayor o menor afinidad entre estas moléculas hizo que se fuesen
asociando para crear estructuras más complejas en forma de esferas
microscópicas huecas llamadas “coacervados”. Con el tiempo, se fueron
autoseleccionando y sobrevivieron las que tenían capacidad
autorreplicativa, que constituirían las primeras células.
No se sabe cuándo ni cómo estos coacervados pasaron a constituir un
verdadero organismo. Probablemente, durante miles o millones de años se
fueron seleccionando y perfeccionando para convertirse en las primeras
“protocélulas”.
Fue el químico norteamericano Stanley L. Miller (1930-2007) quien
demostró junto a Harold Urey (1893-1981), siendo aún un estudiante
universitario, que las ideas de Oparin eran acertadas, o al menos podían
ser plausibles. En una experiencia que reproducía las condiciones de la
atmósfera primitiva y la radiación de hace 4 000 millones de años,
obtuvo compuestos orgánicos a partir de una mezcla inicial de compuestos
inorgánicos.
Así demostró que la materia orgánica podía aparecer espontáneamente a partir de la inorgánica en las condiciones adecuadas.
La experiencia consistió en hacer circular una mezcla gaseosa con esa
composición a través de un aparato cerrado. En otra ampolla había agua
hirviendo. Se sometió a los gases a una descarga eléctrica producida por
una chispa de electrodos de tungsteno. A continuación se condensó la
mezcla gaseosa y se añadió al agua hirviendo para su recirculación.
Todos los compuestos no volátiles que se hubiesen formado se acumularían
en el agua. Se hizo trabajar el aparato durante una semana.
Como resultado se obtuvo la síntesis de varios aminoácidos como
alanina, glicina, ácido glutámico y ácido aspártico y otros compuestos
orgánicos.
Los científicos repitieron estos experimentos y obtuvieron también
purinas, pirimidinas, azúcares y 18 de los 20 aminoácidos esenciales
para la vida. También se obtuvieron polímeros como polipéptidos en
condiciones prebióticas.
Estos compuestos prebióticos se sabe que no son exclusivos de la
Tierra, por técnicas radioastronómicas se han detectado compuestos
orgánicos relativamente sencillos en las nubes de polvo interestelar.
Los tres primeros encontrados son intermediarios muy importantes para
la síntesis prebiótica como el formaldehído del cual se originan
azúcares; el ácido cianhídrico de los que se obtienen aminoácidos y
adenina y el cianoacetileno del cual derivan bases pirimídicas.
Sin embargo, el experimento de Miller no es mas que un argumento
circular, crearon las condiciones ideales para producir aminoacidos, sin
evidencia alguna asumieron que la atmosfera primitiva era reductora,
hoy sabemos que habia oxigeno por evidencia geologica abrumadora, los
aminoacidos que obtuvo fue una mezcla racemica de L y D, solo
aminoacidos L pueden conformar una proteina biologicamente funcional, en
fin, que se puede decir de este experimento que algunos consideran la
validacion de Oparin.
Consiste en la circularidad , o sea era 100%
predecible bajo esas circunstancias que iban a obtener esos aminoacidos,
lo otro fue asumir como certeza que la atmosfera prebiotica era
reductora con metano y amoniaco.
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